Érase una vez un pescador que vivía humildemente cerca del mar con su esposa. La pareja, a pesar de tener poco, se quería muchísimo y eran felices con lo que tenían. El pescador salía cada día al mar en su pequeña barca, confiando en la generosidad de las aguas para proveer a su familia. Un día, algo extraordinario sucedió que cambiaría por completo la vida de este pescador y su esposa.
El día que todo cambió
Una mañana, mientras el pescador lanzaba su red al mar, algo inesperado quedó atrapado en ella. Al recogerla, descubrió que no era un simple pez, sino una brillante lámpara mágica. Intrigado, decidió frotarla, y para su sorpresa, de ella emergió un genio que le concedería tres deseos. El pescador, sin pensarlo mucho, pidió que su esposa pudiera vivir en un castillo para tener una vida más cómoda.